En un país tan futbolero como Costa Rica es una vergüenza la calidad de la narración simultánea de los partidos.
En la radio se imponen los gritos, el narrador ahogado. Quien no siga con mucha atención no sabrá de quién es el gol hasta que pasen los 90 segundos de ruido con ecos de la voz estridente del narrador durante los cuales nadie entiende nada, ni interesa.
En televisión la narración consiste en ir diciendo lo que uno está viendo. Narración supérflua, quítela y nada se pierde. Los comentaristas agregan, pero la narración es digna de un bostezo.
Esa narración de nuestros medios no se puede mejorar, debería ser desechada por completo para dar paso al nacimiento de una nueva técnica, un nuevo estilo.
Difícil. Lo que ahora vemos es menos y menos y la imposición de un monopolio de la mediocridad. Difícil, pero los aficionados podemos empujar el cambio.