RUBÉN DARÍO, “EL PRÍNCIPE DE LAS LETRAS CASTELLANAS”
LO FATAL
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!…
Rubén Darío, Lo fatal, en Cantos de vida y esperanza
Lo recordamos releyendo este poema que nos encanta, aunque muchos otros (de sus más conocidos) nos tientan con fuerza. “La princesa está triste/ qué tendrá la princesa”, “Oh, juventud, divino tesoro/ ya te vas para no volver…” y tantos otros.
Hoy se cumple un nuevo aniversario de su nacimiento en Metapa, Nicaragua, el 18 de enero de 1867.
El modernismo literario se vistió de fiesta con su poesía, ataviada de princesas melancólicas, ambientes orientales, de azules y mármoles jaspeados, viajes, sueños e insomnios, influencias del romanticismo francés (en especial, Victor Hugo), parnasianos y simbolistas (admiraba a Paul Verlaine), refinado exotismo, piedras preciosas y sedas, cisnes y personajes de la mitología griega y romana.
Incansable viajero, fue también periodista y diplomático.
Murió joven, a los 49 años, el 6 de febrero de 1916.
*Letras y música
