Como trabajador público tengo claro que mi enemigo no es un trabajador privado. Tampoco el pequeño empresario, tampoco el empresario responsable. Contra esas personas, no voy a dirigir ataque alguno por más que nos ataquen. Tengo claro que este sistema político e ideológico es experto en poner a la víctima a defender el verdugo.
Mi enemigo y en contra de quien dirijo mis esfuerzos es aquella clase política y económica. Esa clase intocable y llena de privilegios que no tiene responsabilidad social y prefiere cargar la crisis contra las clases más explotadas.
