He andado mucho, por mil caminos.
He desafiado a dioses y tiranos.
He procurado derribar muros
y he escalado montañas,
tratando de percibir
el olor fresco de la mañana.
Pero no amanece:
más bien el cielo
se cubre con densos
nubarrones.
No atisbo el alba
y sigo horadando
túneles subterráneos
¿Hasta cuando, amor?
¿Hasta cuando?
Me respondes bravia:
hasta el fin de los días.