19-20 de diciembre 2020
Solemos tener amor y preferencia por un cerro, montaña, volcán, etc.
En mi caso y el de mis hijos, se trata del volcán Turrialba, a donde ascendíamos religiosamente una o varias veces al año (antes de su período de gran actividad); luego de alcanzada la cima, bajábamos a los cráteres y varias veces cruzamos el volcán caminando entre Santa Cruz de Turrialba y Jiménez de Pococí (un par de días).
Esta vez tuvimos dos experiencias: una en La Central al pie del volcán, con mi hijo mayor Edison, su esposa Ingrid y su hijo Nicolás; ellos acamparon bajo la neblina, la lluvia, las estrellas, el frío de la noche y el calientito sol de la mañana. Ahí los visitamos.
La otra experiencia se desarrolló en Santuario Quetzales, tierras altas del volcán, con los sobrinos Luis Paulino y Denis, sus esposas e hijos. El camino entre el volcán Irazú – La Central – Las Virtudes de Santa Cruz es mágico. Hacerlo caminando, en bici, en moto o en carro es una maravilla.
En Quetzales por la noche vivimos la magia de la luna, la magia de Júpiter y Venus “acercándose”, el convivio en Rancho Venus, la compañía del búho y el fuego, el frío y el poncho.
Finalizamos la experiencia con el mensaje de dos niñas: Paulina y Miranda, el cual estamos compartiendo por diversos medios de las redes sociales.
Seguimos…

Restaurante Nochebuena, Irazú Arcoiris Dos Édison y Nico Familia Nico Sobrinos Nico Familia En el camino Entre La Central y Las Virtudes Luna en Quetzales Búho Jardín Nico Abuelo caminante Feliz Rancho Venus Mi hermano árbol sembrado por estas manos S. Quetzales Respeto Familia en Pachamama Sobrinos Familia Pachamama Cira Nico e Ingrid Al pie del abuelo volcán Noche 19 dic. 2020 Calor de familia Ingrid, Edi, NIco Edison caminante