VIENTO Y VUELO
Se cola por los laberintos
de esta lluvia tan cercana
el gorjeo perdido
de un pájaro extraviado
entre la niebla. Es bello su canto, repleto de humedades y nostalgias, de trinos que rebotan en el techo del dosel y continúan su viaje más allá del más allá. Es de plata opaca el día, como
la noche de anoche y la madrugada de este día que ya es cuna de la tarde. Todos los árboles danzan su tambito de huracanes retrasados. Porque los huracanes también son canciones para arrullar bosques y mares y cabelleras sueltas. El viento ulula como si fuera una jauría de lobos buscando madriguera para mitigar la noche. Pareciera que se lamenta porque lo hieren las distancias sin retorno. Vuela en círculo y colisiona con todas las ramas que desde hace días extrañan el perfume de las mariposas que se han ido a visitar las flores de otros hemisferios. El viento hermano busca una salida ancha para seguir su ruta, y se encabrita y bufa como un corcel sin brújula ni soga. Yo le abro los portones del horizonte y le grito que siga y siga y siga hasta que se injerte renovado en los bosques solitarios del otro lado; el lado de los sueños y de los anhelos transfugados.
ClaMo
TOYOPAN, Zurqui.