Aunque se dice que solamente tenemos dos estaciones —la seca y la húmeda—, lo cierto es que algo de los cambios estacionales del hemisferio norte se nos cuelan por el Paso de la Palma. En esta época la declinación del sol cambia y con ella la luz que cae sobre montañas, casas, edificios, etc. Las sombras se empiezan a alargar en otra dirección y las tonalidades de los colores y sus degradaciones se ven diferentes. Detalles que se nos habían escapado, de pronto se hacen evidentes en el paisaje revelados por el cambio de luz. Sopla una brisa fría que nos viene del noreste, y, ni modo, tenemos que aceptarlo, estamos en diciembre. El amargo 2020 está a punto de terminar, pero no la pandemia que todavía está lejos de desaparecer. Que la brisa de diciembre nos de ánimo para seguir adelante…