He tenido pocas palabras para este tiempo desbordado de virtualidad, bipolaridad mediática y tragedias en todas sus formas: climáticas, políticas, económicas, sociales, feminicidios; y las otras tragedias también humanas: prepotencia, banalidad, egoísmo, paternalismos. En síntesis: insuficiencia humana.En el 2008 hablaba a mi familia y amigos en Guatemala de la utopía que representó el referéndum por el No al TLC en Costa Rica y de lo imposible que eso parecía en el resto de mi Centroamérica. No romantizo. En estos días, la utopía en Centroamérica la hace realidad Guatemala que, con una crisis histórica recrudecida con la pandemia, la gente y entre ella mi padre (un hombre de 67 años) y mis hermanas, han salido a las calles a manifestarse durante varios días a pesar del riesgo a la salud y a la violencia policial con que el gobierno sostiene su continuo robo y cinismo. Deseo con todo mi amor que estén bien. La dignidad ha resultado más fuerte que la violencia y el miedo.
