No me gusta la navidad,
el viernes negro,
los días del padre,
no me gustan los deportes masivos,
la histeria colectiva,
las guerras,
las religiones,
ni la gente de rodillas en los templos,
no me gusta el humo de los autos,
el aroma del cigarro,
ni cuando se incendia un corazón,
las casas antiguas abandonadas
me deprimen,
si una mujer llora
o un niño esta triste,
no me gusta la impotencia
que genera el dolor ajeno,
el propio dolor y no poder llorarlo,
acumular ese invierno aquí adentro.
No me gusta diciembre,
ni enero,
ningún día es bueno para mi
si estoy triste o me siento solo,
si estas manos no alcanzan
para alcanzarme los abrigos,
si como hoy que hace frío
no acaricio a nadie.
Bajo de peso como un cobarde
los domingos como hoy,
donde todos hablan de fútbol
y de cosas innecesarias como los descuentos.
Se me quita el hambre
cuando pierdo el amor,
y todo me molesta.
sería bueno al menos que hoy,
no lloviera,
poder ir a trabajar ahora.
Detesto los domingos como hoy
que recuerdo los días que fui feliz,
y solo me alcanza la poesía cursi
para salvarme de mi mismo.