Cuando el espíritu se agita y quiere superar la barrera de lo físico, entonces me voy a vagar sin rumbo.
Recorro caminos rurales sin rumbo fijo. Me es grato fundirme con el río, el aire, la montaña y el sol y regresar a mi naturaleza gitana, sin rienda y cadenas.
Hoy fue un día hermoso que anticipa las delicias del verano. Mientras recorría esos caminos, mi naturaleza se adelantaba jugando con la suave brisa y se hacía una con las hojas que caían de los árboles, en una constante danza de muerte y vida.
Qué bien me hace esa libertad. Lejos de lo superficial, Yo Soy.