No lo merece tanto por su larga carrera de actor de cine muy destacado, sino por su coherencia de siempre al defender la causa independentista de su patria.
Sean Connery nació en Edimburgo en hogar humilde, fue pulidor de atúdes, lechero y salvavidas, antes de que sus dotes de actor le abrieran paso al estrellato.
Nunca ocultó su posición política en defensa y promoción de la independencia de Escocia, levantando las banderas, nunca arriadas, frente a la dominación inglesa.
Esta actitud que tanto aplauden sus compatriotas, es la que saludamos hoy al conocer la noticia de su muerte a los 90 años.