Una vez iba caminando por el Parque Nacional y el viejo estaba en una banca frente a la biblioteca. ¡César!, me dijo, como feliz de verme y me hizo una señal para sentarme a su lado. Lo abrace y pregunte lo normal. ¿como estás, que haces aquí? Y así.
- Vos estás bien?
_ más o menos Billy.
- tomá para que te ayudes. Y me dió 2000 colones.
Yo sabía que no podía negarselos y ese no era mi problema (el del dinero). Solo sé, que los solos del mundo podemos leer códigos entre nosotros y abrazarnos sin importar nada.
Hoy Billy Saenz Patterson falleció. Se nos fue uno de los más grandes poetas y los más ninguneados, porqué no complació a la verborrea académica de este país.
No voy a olvidar nunca su sonrisa, su forma de recitar, su toz, sus cigarros interminables, su parecido a mi abuelo Juan.
Siempre estarás en mi corazón poeta, en las bancas de los parques y en la poesía de mi vida.
Buen viaje maestro. Buen viaje.